En Octubre de 1960 nacería el máximo exponente del futbol bonito. Por supuesto que me refiero al número diez. A la mejor zurda que ha pisado un rectángulo verde. Al genio capaz de embrujar al contrario y encantar al aficionado. El único que no solo burla con los pies, sino que también a los porteros los vence con su mano. Por la izquierda, por la derecha o por el centro la pesadilla de todo defensor entre octubre de 1976 y octubre de 1997. Nació, debutó y se retiro en este mes. Diego Armando Maradona.
En Argentinos Juniors, Boca Juniors, Barcelona, Napoli, Sevilla y Newells Diego fue líder, fue genio y fue figura. Dentro de la cancha, nada que reprocharle. La delicadeza con la que trataba el balón, la exactitud de sus pases, la contundencia de sus remates. Matarla con el pecho nunca se vio tan fácil, conducir el balón nunca fue tan simple. Con una naranja o con una pelota de playa el pelusa hacía magia. Al balón lo trataba como lo más preciado que tenía. Y es que el balón es lo más preciado que tenía.
Descarado, mal educado, irreverente, preciso, calculador, contundente. Así era el barrilete cósmico que dominó el mundo del futbol. Lo dijo Calamaro, "Maradona no es una persona cualquiera, es un hombre pegado a una pelota de cuero". Ver a Diego dominar el balón es tan impresionante como lo que usted me diga.
El diez podía recibir un pase simple en medio de la cancha y convertir esa jugada en una obra de arte. Su forma de pararse en el terreno de juego imponía, ni marcándolo con dos lo controlabas. Un espectáculo verlo jugar, un verdadero deleite verlo concluir las jugadas.
El jugador, Diego Armando Maradona, una cosa espectacular.
La persona, una cosa lamentable.
Parecieran dos seres humanos completamente distintos, su personalidad también muy diferente. El de la cancha solo provoca alegrías, en veinte segundos quedas impresionado y hasta contento. El que se desempeña fuera del rectángulo verde, con tres segundos quedas asqueado, te provoca lástima y tristeza. No hablemos de ese, recordemos a aquel que juega siempre como si fuera un niño en el parque cerca de su casa.
Desde que debutó hasta que lo retiraron jugó por gusto, parecía que a Diego lo único que le importaba era estar cerca de la pelota, hacer magia era lo de él. Es difícil no pensar en el Maradona fuera de la cancha, pero como dice Villoro "daría positivo por un medicamento que ayuda a respirar pero difícilmente a tirar con chanfle".
El mes de octubre, el mes de Diego.
Aquí, desde el sillón, recordemos a aquél que con sus gambetas nos hizo sonreír.
AP
Un video, Diego Armando Maradona, simplemente el mejor. Pulsa aquí.
Pense que hablabas de Messi en el primer parrafo, Pero si el pelusa tiene la copa del mundo... Esperemos que alguna le llegue a Lionel
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