lunes, 8 de agosto de 2011

Murió el "Project 2010".

Cuando Estados Unidos de América tiene un proyecto, usualmente lo cumple. El país potencia mundial en muchos ámbitos lo es también en los deportes. Grandes gimnastas, nadadores, corredores, basquetbolistas, beisbolistas. En todo los mejores y si no son los mejores están cerca de serlo. El futbol, su punto débil.

Nadie puede creer a primera instancia cuando escucha "Estados Unidos fracasó" en cualquier caso. Señores, les digo, Estados Unidos fracasó.

Les cuento que después del mundial de 1994, del cual fueron sede y cumplieron con un gran papel al calificar a segunda ronda para caer ante el que sería el campeón de esa competencia. En el país que tenemos al norte surgió una inquietud por conquistar al mundo por medio del balón.

Antes del mundial de Francia en 1998 se creó el "US Soccer Project". Un ambicioso plan de trabajo para ser el número uno del mundo en poco más de diez años. La consecuencia de ese plan era clara, figurar en el mundial del 2006 y levantar la copa del mundo en el 2010.

Con 50 millones de dólares y el patrocinio de la marca "nike" los norteamericanos crearían infraestructura por todo el país, incluirían el "soccer" en las escuelas y se dedicarían a formar jugadores de primer nivel. Atletas que se convertirían en futbolistas y figuraran en las mejores ligas del planeta.

En Brandenton, Florida se abrió el "US soccer under 17 residency camp" donde aparte de trabajar en futbol, se becaron a cientos de miles de niños y jóvenes durante todo este tiempo y de esa academia surgieron Donovan, Dempsey, Altidore, Beasley entre otros.

Poco a poco surgieron los resultados para Estados Unidos. Cuartos de final en 2002 y todo viento en popa. A México se le peleaba tan parejo hasta que llegamos a dudar si eran mejores. Surgían nuevos jugadores y viajaban al viejo continente a desempeñarse en las mejores ligas. Donovan era peleado por el Everton y el Bayern Munich. Llegó la confederaciones de 2009 y se le ganó a España. En el mundial de 2010 se perdió con Ghana en octavos y ahí empezaron los problemas.

En el mundial de 2010 de los once titulares del equipo norteamericano, seis habían surgido de la academia de Brandenton. En ese aspecto, cumplieron. Pero ni en 2006 ni en 2010 figuraron. Nada. En la zona si lo hicieron, pero en la zona juega México y todos los demás. Creían que iban como caballo de hacienda hacia su meta, pero no es tan simple. La debacle, ese 4-2 en la Copa Oro. Hoy en día, el proyecto cambió de nombre, se dejó de trabajar intensamente con los juveniles y volvieron a lo de antes.

Estados Unidos, como en 1994, juega con mas naturalizados que con nacidos en su territorio. Confían ahora en el talento que viene de fuera que el que ellos mismos creían que pueden crear. Y lo más importante de todo, se perdió la continuidad. En quince años US soccer contó con 3 seleccionadores que desde el día uno trabajaron juntos y se fueron sucediendo uno al otro como en la realeza. Sampson, Arena y Bradley tenían el mismo estilo y las mismas metas. Tenían jugadores estadounidenses, atletas y dispuestos a luchar por su bandera. Tenían un proyecto, que les informo, fracasó. Se terminó la paciencia, se terminaron los trabajos con juveniles, se terminó la continuidad. Volvieron los naturalizados y llegó un técnico extranjero. Hace semanas se presentó a Jurgen Klinsman como el nuevo jefe de la selección de futbol norteamericana y él mismo anunció que se va a reestructurar la federación y se va a trabajar de un modo distinto.

Y todo esto va a que el próximo miércoles tenemos un amistoso no muy amistoso contra ellos. Contra el ahora muy joven sistema de futbol gringo. El que le dio pelea a México, el que sorpendió en la confederaciones, el que vio nacer al rival Landon Donovan, ese ya murió. Vamos a jugar y vamos a ganar contra un equipo nuevo, un equipo que no tiene experiencia. Como el del no muy lejano 1994.

Hasta a Estados Unidos se le va la paciencia en el futbol. Estados Unidos nunca va a ser potencia en futbol, porque nuestro querido juego no es como los demás, aquí se necesita algo más. Algo especial. Son grandes, fuertes y poderosos en todo lo que exista, excepto en futbol.

Y como cantaba aquél cuervo en la película de Dumbo: "Nunca vi, ni espero ver, a un elefante volar".

Aquí, desde el sillón, las potencias del futbol serán siempre las potencias del futbol.

AP

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