lunes, 22 de agosto de 2011

Es nuestro, es lo que más queremos.

Entonces cuando Diego se plantó en el centro de "La Bombonera" el día de su despedida a recordarnos que el futbol es el deporte más lindo y que pase lo que pase "la pelota no se mancha" nunca nos imaginamos que esa frase la recordaríamos años después gracias a la situación de nuestro país.

Si Pablo, después de una intensa semana de trabajo ya quiere que llegue el sábado es solo para ir al estadio, para olvidarse de las presiones, para relajarse y volver a ser niño, para que no le importe nada más que sus guerreros que durante 90 minutos lo tienen con las emociones al límite. Si Pablo ya quiere que sea sábado, es para ir al futbol. La válvula de escape de los problemas, el antídoto contra el miedo. Si Pablo dice que hoy va al estadio, es porque esta harto de escuchar de inseguridad, de desempleo y de cualquier otro tipo de presiones. El sábado, Pablo se despertó, se puso su casaca a rayas verdes con blancas y se dirigió a su templo sagrado, a su amado Territorio Santos Modelo.

Y todo para que en 40 minutos, ellos terminen con lo que más queremos. Pero a ellos les recuerdo las palabras de Diego: "la pelota no se mancha". Y Maradona se refería a un caso en particular, pero tiene repercusión en todo lo malo que pueda rodear al balón. Aquí amamos el juego, la rivalidad es deportiva. Aquí hacemos todo por un juego, el que al final reúne familias, invita a la sana convivencia. Aquí nos gusta el futbol porque nos rejuvenece el corazón y a los niños les inculca un "no sé qué" que jamás olvidarán. El que toca una pelota, el que se pone la camiseta, el que vibra con el juego, nunca va a dejar que le ensucien lo que más quiere.

Y que importa si de lunes a viernes tenemos que presionarnos, el sábado es el día de la pelota. Dejen de molestarnos. Y que importa si los otros días de la semana nos peleamos con el vecino, el sábado todos vamos a apoyar nuestros colores. Y que importa si nuestro jefe nos regaña, por lo ocurrido el sábado, el lunes todos llegamos en el mismo canal. Eso, gracias al futbol.

Si ellos tienen una guerra injustificada, allá ellos. Si ellos están obstinados en defender lo indefendible, pobres de ellos. A nosotros, que nos dejen disfrutar lo nuestro.

Lo de Torreón es un hecho sin precedentes en nuestro país, es triste, es inhumano y no se puede tolerar. Si el estadio está situado en la frontera de un grupo y otro no es nuestra culpa, que se vayan a otra parte. Si a la hora del juego deciden toparse, no es nuestro problema. Por favor, que la pelota no se manche. Teníamos un día en el que todos éramos niños, teníamos un día en el que todos estábamos relajados, teníamos un día en el que se podía convivir en familia, teníamos un día en el que la alegría del juego nos invadía. Ahora, solo tenemos un par de horas. Ahora, nos quieren quitar también esos 90 minutos y tiempo de descanso.

Y gracias a que Pablo pudo llegar a su casa sano y salvo, su familia está en paz. Pero Pablo, con el dolor de su corazón, ya no regresa más a la casa de sus guerreros.

Y pase lo que pase, al balón se le seguirá queriendo. Pase lo que pase, con el futbol seguiremos vibrando. Pase lo que pase, la pelota no se mancha.

Aquí, desde el sillón, seguiremos viviendo como siempre el día del juego.

AP

1 comentario:

  1. Me sonaste a Faitelson un poco, pero me gusto... Es algo indignante que ya no se pueda ir al estadio sin miedo en Mexico.

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