lunes, 5 de diciembre de 2011

La locura auriazul

Eran las cinco de la tarde y la gente en el estadio universitario ya se merecía la final. Desde su llegada al estadio la afición felina apoyó con todo. Cánticos, porras, gritos y todo lo que hace a la mejor afición de México. Los mismos que alentaban el domingo son aquellos que no hace mucho estaban con su equipo en momentos de crisis. Hace muy poco, Tigres se jugó contra Morelia el descenso. En el clausura 2009 los universitarios estuvieron a punto de perder la categoría. En ese partido la afición también cantó, alentó y gritó los 90.

El espectáculo lo brindó la afición, los pocos asistentes que querían que ganara Gallos no tuvieron más opción que sentarse y ver a la mejor afición de México en su máximo esplendor. Y como no gritar con todo, hace 8 años que Tigres no llega a una final y hace 29 que no es campeón. Ya les toca festejar. El estadio universitario, que siempre está a su máxima capacidad, es el verdadero jugador número doce, un verdadero aplauso a los seguidores auriazules.

El partido como se esperaba, los locales con la pelota, pisando el área rival una y otra vez pero falta gol. El ánimo de tirar a la portería otra vez faltó en los embates auriazules. Danilinho y Álvarez intentaron pero nada. Lobos tendrá que animarse más en la final y Mancilla, pues Mancilla necesita una limpia. El 9 de Tigres falló un penal y como he dicho, es malísimo. Será necesario que se sacuda la mala suerte porque a Oswaldo habrá que tirarle y tirarle bien.

Lo que sí tuvo Tigres en su ataque fueron centros, muchos centros, alguno tenía que ser gol. Los defensas queretanos se desesperaron tanto que al minuto 44 dijeron ya basta. El defensa central de los Gallos, Manuel López Mondragón, anotó el autogol que sepultaba a su equipo. No fue un autogol normal, estuvo raro. Sin nadie a su alrededor, sin la presión de un delantero. El zaguero giró la cabeza como auténtico matador del área y colocó pelota pegadita al poste, imposible para Liborio. Con eso se activó el carnaval en las gradas, si de por sí ya gritaban con todo, ahora empezaba la fiesta de la final.

Al unísono, los 43 mil seguidores felinos entonaban su cántico de guerra. Un cántico que demuestra de lo que están hechos. Uno que reconoce su historia. Son incomparables también presumen.

"Ya fuimos al descenso
Perdimos dos finales.
La gente no lo entiende.
Somos incomparables
Como la hinchada de Tigres no hay otra
Nunca la van a igualar jamás...
Vamos, Tigres, te quiero ver campeón otra vez"

El ambiente en el Volcán afectará a Santos. Complicado rival y gran contendiente al trofeo. La clave será el juego de ida. Tigres juega mucho futbol, Santos sabe tratar a la pelota. Los laguneros tendrán que hacer valer su condición de local en el Territorio Santos Modelo porque después se tendrán que meter a un Volcán en donde los auriazules juegan con uno más. La afición pesa en San Nicolás de los Garza.

Futbolísticamente nos espera una gran batalla entre Tigres y Guerreros.

Aquí, desde el sillón, vamos a ver bonito futbol de final.

AP

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1 comentario:

  1. impresionante el ambiente en el estadio. me agradó su columna. esperemos pacientemente el día jueves.

    p.s. #dicen que mancigol ya está con el atlas.

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